Edad de piedra: Paleolítico y Neolítico

Según Gombrich en su texto Historia del Arte, “El ser humano ha creado arte desde el inicio de su vida en sociedad, como una forma de comunicación con los dioses y con los hombres. La observación de la naturaleza (tómese la palabra naturaleza en un sentido amplio) le brinda los temas y sus necesidades, personales y grupales, llenan sus representaciones de nuevos contenidos”. En mi opinión, la cita anterior describe claramente la fuente de inspiración de casi la totalidad de las obras en la edad de piedra, no voy a decir la totalidad porque la mayor parte de este arte se ha perdido y solo conocemos los vestigios de lo que alguna vez fue, no es para menos si fue 3000 años antes de Cristo aproximadamente, ¡hace 3000 años el más reciente! (el paleolítico es el período que más tiempo se ha extendido sobre la tierra, abarca más del 98% de la existencia del ser humano en el planeta).

Históricamente se dice que el paleolítico consiste en la Antigua Edad de Piedra y el Neolítico en la Nueva Edad de Piedra. En ambas épocas se representaban dos temas principales y básicos, lo divino y lo terrenal; sin embargo es difícil realizar una clara distinción entre el uno y el otro, ya que en muchas ocasiones, la naturaleza (completamente terrenal) era lo divino. Todo esto dentro de un contexto marcado por el entorno en el que se encontraba el hombre antiguo. Las representaciones de la edad de piedra tenían como objetivo la comunicación con las deidades más que el hecho de querer dejar una marca en la historia ya que, recordemos, el hombre paleolítico era nómada y es hasta entrado el neolítico que se tienen indicios de las primeras aldeas, el descubrimiento de la agricultura y la ganadería.

Inicialmente, en el paleolítico, el arte no fue concebido como tal, las reproducciones animales eran las más comunes debido a las costumbres de caza que se mantenían. Las representaciones cumplían con el objetivo de completar ritos de caza y fertilidad, el hombre rara vez era el personaje principal de la representación, meramente esquemático dentro del contexto, probablemente aún no sabía bien quién era o qué era, tal y como se expresa claramente en el texto de Janson Historia del Arte: de la Prehistoria a Nuestros Días; “Es de creer que para los hombres de la primera Edad de Piedra (paleolítico) no existía una clara distinción entre la imagen y la realidad; al trazar la representación de un animal pensaban que era el propio animal y “matando” la imagen creían matar a su espíritu vital”, es decir, sus representaciones consistían en simples simbologías de lo que sucedía durante su vida en comunidad con la naturaleza, de lo que veía suceder. Este primer tipo de arte naturalista se elaboraba con la ayuda de óxidos naturales para pintar a color, pero principalmente a base de carbón.

El arte de este período es comúnmente llamado arte rupestre, los principales ejemplos a los que podemos tener acceso actualmente se ubican en Europa, especialmente en las cavernas de Lascaux, ubicadas en Montignac, Dordoña, Francia o de Altamira en Cantabria, España. En ambas cavernas (tal y como se muestra en las imágenes a continuación) se representan manadas de animales salvajes, 99% probabilidad de que sean una especie de bisonte, que huyen, o al menos parecen estar en movimiento a través de las paredes de ambas cavernas. Los de Altamira definitivamente más rellenitos que los de Lascaux (de seguro comían mejor los españoles ¡jaja!). Pino en su texto Las Artes Plásticas afirma que “Las pinturas y dibujos de animales en las cavernas, realmente significaban una apropiación espiritual del animal y aumentaban la sensación de seguridad y superioridad del cazador sobre su presa […] así, por medio de objetos mágicos podían dominar la naturaleza…”. En el resto de Europa existen varios yacimientos de arte rupestre, no obstante España y Francia se destacan por la gran cantidad que albergan.

Figura 1. Techo principal de la caverna de Altamira, Cantabria, España.

Figura 2. Bisontes de la caverna de Altamira.

Figura 3. Representación de los rituales de caza en las cavernas de Lascaux, Dordoña, Francia.

Figura 4. Cueva de Lascaux, vista general.

Figura 5. Detalle de la caverna de Lascaux.

Vale la pena mencionar que el hombre prehistórico (no me gusta decirle prehistórico porque si dejó una representación de su vida en sociedad, ya hay muestras de historia y su conservación, pero no se tanto de ciencia como para darle su nombre específico, pobre tipo; digámosle Neandi de cariño), en fin, Neandi ya conocía la profundidad y la perspectiva, de una manera muy tosca es cierto, pero completamente válida. Como se observó en las imágenes, muchos de los animales están superpuestos unos sobre otros e incluso son de diferentes tamaños, nótese que los animales de mayor tamaño son aquellos ubicados en los primeros planos; esto es una evidencia fundamental de cómo Neandi conocía el espacio que lo rodeaba y plasmaba los escenarios tal y como los observaba de la naturaleza.   

El ejemplo más notable de la evidencia del conocimiento de la perspectiva se encuentra en el escorzo de la cabeza de un bisonte (se muestra en la parte inferior), el escorzo es la perspectiva que se da cuando una parte del cuerpo se adelanta y aparenta ser más grande que el resto debido a su cercanía. Es decir, ya no es un animal sobre otro el que nos da la sensación de profundidad, sino un mismo animal, el cual acerca su rostro al observador para ser contemplado. Esta pieza es clave dentro del arte rupestre ya que demuestra el conocimiento que adquirió Neandi a través de la observación del animal en movimiento.

Figura 6. Escorzo de la cabeza de un bisonte lamiéndose.

Bueno, dijimos que este arte naturalista se basaba en la caza y la fertilidad, sin embargo hasta el momento solo hemos discutido las representaciones referentes a la caza (¿las chicas qué se hicieron? : O). En el paleolítico la mujer es vista desde su potencialidad de dar VIDA, mmm que raro algunas personas todavía viven el paleolítico, ¿no?. SIN EMBARGO, dar vida era un hecho casi divino, o divino, que merecía ser objeto de ritos y representaciones, es acá donde aparecen las famosas venus adiposas o esteatopigias, probablemente Neandi las llama las guapas de la caverna vecina, eran mujeres que simbolizaban la fertilidad en su máxima expresión (las pueden ver en las imágenes de abajo); los ideales de belleza estaban bastante distantes de los de ahora, probablemente en el bar cavernario se hubieran asombrado si una modelo actual cayera en medio de su reunión, teletransportada por un rayo interespacial (que le cayó por error claramente, no creo que escojamos una modelo para ser la primera viajera en el tiempo) pensando que estaba seriamente enferma : P.

Son tres las venus más importantes, la venus de Willendorf, encontrada en Austria y probablemente la más mediática, la venus de Lespugue y la de Laussel, ambas halladas en Francia. Este última es especialmente particular ya que se tiene registro de haber sido una asociación entre la luna, las mareas y los nacimientos.

Figura 7. Venus de Willendorf.

Figura 8. Venus de Lespugue.

Figura 9. Venus de Laussel.

 Se cree que durante el período paleolítico también se dio un tipo de arte llamado esgrafiado, el cual consiste en el tallado sobre la madera, no es para sorprenderse saber que no se tiene evidencia clara de este tipo de arte (si alguien encontrara o conoce de algún tipo de evidencia e agradecería demasiado si me la hiciera llegar, ¡gracias! ; ) ). Existen muchas curiosidades más acerca de este período, a lo mejor después haga una nota sobre cada una de ellas, pero por el momento solo les voy a contar que también existen imágenes zoomorfas, la más famosa es el Gabillou Sorcier, encontrada en Francia, es la representación de un hechicero mitad hombre mitad búfalo, acá está, para que se extrañen.

Figura 10. Gabillou Sorcier.

Ahora vamos a avanzar al siguiente período y Neandi va a evolucionar unos cuantos miles de años del párrafo anterior a este, además, va a aprender a cosechar cultivos, construir viviendas y criar su propio ganado y por supuesto aprender nuevas técnicas para pintar, todo un galán en su época, ¿qué no sabe hacer este tipo?. Durante el período del Neolítico, el hecho más determinante e importante es la aparición del SEDENTARISMO; al fin se cansaron de andar de un lugar a otro viviendo en cavernas, sedentarismo ¡yuju! : ).

Aparece la construcción de obras megalíticas para la adoración a los dioses. La necesidad del hombre para expresarse se extiende a la construcción de monumentos dedicados a sus deidades y no a la simple reproducción de los hechos en su vida cotidiana. En el monumento megalítico (quizá el más representativo) de Stonehenge en Salisbury, Inglaterra (mostrado en la parte inferior), hay una clara intención detrás del diseño, hay arte, fue construido con base en las observaciones del movimiento solar, expresando así el interés por un fenómeno de la naturaleza: la astronomía.

Figura 11. Vista general de Stonehenge, Salisbury, Inglaterra.

Figura 12. Solsticio visto desde Stonehenge.

Se dan tres tipos de monumentos megalíticos (se muestran imágenes), el menhir que consiste en un monolito de piedra bastante alto ubicado de manera solitaria (men = piedra y hir = alta), el dolmen, estructura lo más similar a una cueva (algo como esto TT), se cree que eran recubiertos de tierra para crear una mayor protección, además hay muchos bastante elaborados que cuentan con un pasillo de entrada, “sala” y “apocento”, e incluso algunos con corredores adintelados. Por último encontramos el cromlech, el cual consiste en un monumento de elevada complejidad, a este tipo pertenece Stonehenge.

Figura 13. Menhir en Cádiz, España.

Figura 14. Dolmen en Cádiz, España.